Oigo un ruido en el balcón así que me asomo, mi sorpresa es ver a un chico rubio que no conozco de nada
-Y tu ¿Quién eres?- Digo gritando
-Shhh- Pone su dedo índice en la boca, en señal de que me callase
-Shh no, dime quien eres gilipollas-Le insulto
-¡¡¿Donde está?!! ¿Donde está ese capullo?, donde está tu amante-Grita mi vecino de al lado, yo le señalo, refiriéndome a que él era el amante capullo y el chico asiente con una sonrisade niño malo, le miro fijamente, y no me desagrada, es el típico chico guapo y rubio. Cuando oigo como la puerta de mi casa se abre
-Amorcito mío, he ido a buscar un desayuno, no te importa que me haya llevado tus llaves no?-Dice en alto el hombre que tenía que haber estado en la cama-¿Cariño?
-Que imbécil-Exclamo
-¿Tu novio?-Pregunta el extraño
-¡No! Jamás saldría con él- Y una sonrisa aparece en mi rostro- Ven, sígueme
-¡¡Amor!!-Grita entusiasmado cuando me ve entrando del balcón, pero se queda petrificado cuando ve salir al chico rubio conmigo-¿Quién es este?
-¿Pero tu que haces aquí? Pensé que ya te habías ido, me pillas un poco ocupada
-Pero pensé que teníamos algo, pensé que estábamos comenzando algo
-Ni loca empiezo algo contigo
-Pero.. tu eres una... pedazo de..-Me iba a insultar cuando una voz que no era la mía le interrumpe
-Oye tío porque no te vas ya, no ves que sobras o que, estamos ocupado y tu aquí aparte de hacer el patético no pintas nada-Me sorprende oír una voz a mi espalda, pero si, era del chico que minutos atrás me había encontrado en el balcón.
El otro nos mira a los dos sorprendido y luego se marcha echo una furia, yo giro mi cuerpo hasta quedar delante de él
-Tíos que conoces en una fiesta y ya se creen algo más que un rollo-Exclamo molesta y luego miro el desayuno-Quieres quedarte a desayunar tengo comida para dos-Le guiño el ojo y el me sonríe
-Claro, pero primero voy a vestirme, mejor ¿no?
-Si, yo voy a preparar las cosas, el baño esta a la derecha, para que te cambies.
Quito todo lo que hay en la mesa de la cocina, revistas, algún que otro paquete vacío. Saco todo lo que hay dentro de la bolsa, croissant, magdalenas...
-Hum, que rico-Dice el rubio apareciendo por la puerta de la cocina
-¿Quieres café, zumo...?-Le pregunto
-Un café solo-Me sonríe y se sienta en una de las sillas, pongo a calentar la cafetera con el café y también me siento, en la que esta en frente de él
-Por cierto ¿Cómo te llamas?
-Alex, un nombre bastante común ¿y tu?
-Melinda, una pregunta que espero que no te moleste ¿Has hecho más veces de amante capullo?
-Puf unas cuantas, pero realmente a mi me da igual el estado civil, que tengan
-Ah.. entonces yo también te gustaré no?-Empecé a coquetear le.
-Bonita, tu le gusta a cualquier hombre con sentido común, pero eso tu ya lo sabes ¿no? Aunque he de decirte que si pretendes acostarte, te digo que mi precio no es nada barato
-Me estas diciendo que eres un gigoló-Le miro sorprendida
-No, más o menos, yo soy un chico de compañía, yo elijo con quien quiero estar, cuando y donde, y pongo mi precio
-Vaya, sorprendente, nunca había conocido a un tipo como tu y dime ¿Cuáles son tus preferidas?.
-me encantan las rubias de ojos claros, y con una personalidad curiosa-Sonríe de forma inocente
-Si intenta engatusarme o algo por el estilo, lo llevas claro, porque yo no pago por acostarme con nadie, yo tengo todo lo que quiero y sin precio.
-Bueno yo me tengo que ir, pero si quieres algo te voy a dejar mi número ¿vale?- Dice mientras coge un boli que estaba en la mesa, y escribe en la servilleta, que tenía a su lado -Si quieres algo, llámame, no lo dudes.
Le acompaño hasta la puerta, me apoyo en ella. Me despido y cuando se esta yendo le llamo haciendo que se gire
-Si quieres algo ya sabes donde vivo, no lo dudes- Y sonrío mientras cierro la puerta, un chico interesante, por fin uno algo más complejo, pero con el mismo mecanismo que todos.